jueves, 10 de octubre de 2013

Animal frutal - Despedida de "Andrés Sudón vive" (5)

Animal frutal by Andrés Sudón on Grooveshark
El sábado 19 de Octubre de 2013 hice un concierto de despedida del disco "Andrés Sudón vive". Y se me ha ocurrido hacer aquí un comentario de cada canción. No es fácil hablar de las canciones, uno las hace para que hablen por sí mismas. Pero con el tiempo tengo un perspectiva que me permite contar sus pormenores, tanto los de su creación como los de la trascendencia que han tenido en mi vida.

<<Eres alta y delgada como tu madre, morená saladá,como tu madre,
pero tienes bigote como tu padre, morena salada, como tu padre>>
(Canción popular)

Pasaron dos años desde que conocí a la musa de Agua de limón. Un día de diciembre recibí una llamada. Era ella desde el aeropuerto: "Andrés, estoy en Madrid, ¿puedo quedarme dos meses en tu casa?". En su anterior visita era una bonita jipi intelectual, esta vez era una bella y glamurosa mujer fatal. Toda mi realidad se vio afectada por su repentina llegada. Me dijo que veía a pasear y a escribir un guión de cine. Cada noche se sentaba en mi escritorio y escribía a mano varias páginas de un guión, que luego dejaba sobre mi mesa. Después salía por la mañana a hacer quién sabe qué... Yo estaba sumido en el asombro. Cada día traía un montón de ropa carísima, y su discurso era de lo más extraño, así como su forma de actuar. Sí, "actuar" es la palabra adecuada, "mientes al bailar". Lleno de curiosidad me decidí a leer el guión que estaba escribiendo. Mi desconcierto fue inmenso al descubrir que lo que hacía era escribir por las noches lo que iba a suceder al día siguiente. Estaba viviendo una performance. 

Tras el desconcierto vino la admiración y el aumento de mi curiosidad. No le dije nada, solamente leí el guión cada mañana para saber qué iba a hacer. Supe que, a pesar de vivir en mi casa, ella estaba en Madrid para visitar a un escritor con el que tenía un romance, un amigo al que quiero y admiro. Me pareció tan sublime estar viviendo tal situación, que me limité a disfrutarla. Fueron dos meses enteros, en medio la navidad, es decir, vino a casa de mis padres, conoció a toda mi familia en una comida con todos mis primos, tíos y abuelos, viajó conmigo para hacer conciertos, todos pensaron "por fin Andresete tiene novia". Lo que no sabían es que mi vida en ese momento era una película en la que yo era un actor secundario. Yo gocé de ella al máximo, claro, era como estar en un sueño, la realidad había tomado una dimensión emocionante. También me acompañaba a la facultad, mis compañeros la veían y pensaban "qué hace el Sudón con esta persona tan rara". Había pasado del nocturno al diurno, y mis compañeros eran nuevos. A mí me cuesta hacer amigos, por timidez y desconfianza, de modo que pasó tiempo desde principio de curso hasta que logré congeniar con alguien: "nadie me toca los codos en la facultad". Cuando por fin lo logré apareció ella, con su "ego tan sutil", haciéndome desatender mis nuevas amistades.

En esa época el triángulo era un icono importante para mí, significaba la perfección imposible; según Platón, el único triángulo perfecto sólo está en el mundo de las ideas, pues es imposible encontrar la perfección en el mundo material. Yo había construido en mi cabeza un triángulo perfecto, que simbolizaba mi forma de ver las cosas, pero esta pintoresca situación desidelaizaba "mi triangularidad". Estaba empezando a deprimirme un poco, pues antes de que su llegada, yo creía que era una persona importante para ella. Ahora me sentía utilizado y confuso, "saca mis manos del frío blanco del cristal, no llevo nada en la mochila que te pueda interesar". Por mucho que fuera un aventura artística, yo tengo mi corazoncito. No lo soporté y, un día que viajábamos en tren, le pedí explicaciones: "baila la verdad", "deja de fingir". Le conté que lo sabía todo, y le pedí que las cosas fueran de otra manera en las dos semanas que le quedaban. Le dije que no sentía ningún rencor por lo que estaba haciendo, que lo único que quería era que dejara de experimentar un momento, y que se lo pasara bien conmigo, teniéndome en cuenta, que yo también quería experimentar, no ser el conejillo de indias. En su guión, yo tendría que haberme enfadado echándola de mi casa. Pero yo paso de seguir guiones. Esas dos semanas fueron maravillosas. Al verme receptivo, confesó todas las cosas divertidas que había hecho a mis espaldas, me contó la verdad sobre su padre (me había contado una historia falsa sobre su procedencia, una bobada). "Eres cinematográfica como tu madre, morena salada / pero tienes ficciones como tu padre, morena salada".

Ella es una de las personas más bonitas e interesantes que he conocido en mi vida, le suceden cosas tan surrealistas como ser perseguida por una mariposa durante todo un trayecto. Cuando se fue, me dejó una nota escondida dentro del armario (dejó notas dentro de cedés, de libros, en los cajones, que fui encontrando los días posteriores a su regreso a México) que decía: <<Tienes que ver "Soñadores", ya la has visto>>. Fui al cine a verla, y me di cuenta de que ella había forzado situaciones para que fueran similares a las de la película. Para mí todo esto fue un regalo, nunca lo olvidaré. La naturaleza de esta persona es impredecible, inclasificable, imposible de aprehender, ella es "un animal frutal de aire". Celebro todo lo sucedido, por eso, cuando se fue, volví a calmar la nostalgia haciéndole una canción tan surrealista como ella. 

Añoro una incomodidad que me gustaba,
algo de sexo y un texto de Proust que no esperaba.
Aún no he dibujado en mi cama la soledad,
y entra la calle rubia por la ventana.

Un poema reparado con retales de párpados,
una canción en alemán que diga todo,
como un espermatozoide mío pensando en tus pasillos.
Debería compararlo todo con el cuerpo de tu fuego.

Te persigue una mariposa,
dime qué animal del aire eres.

Dime qué animal del aire eres,
dime si es ritual tu liviandad.

Mientes al bailar,
desidealizas mi triangularidad,
baila la verdad,
eres una animal frutal de aire.

Nadie me toca los codos en la facultad,
alguien que pasa preciosa me abraza y me tengo que abrasar.
Nunca había hablado apoyado en el ventanal,
siempre estoy callado.

Saca mis manos del frío blanco del cristal,
no llevo nada en la mochila que te pueda interesar,
nunca he rodeado un ego tan sutil,
deja el desayuno, deja de fingir.

Te transporta una locomotora,
dime qué animal del aire eres.

Dime qué animal del aire eres,
dime si es ritual tu liviandad.

Mientes al bailar,
desidealizas mi triangularidad,
baila la verdad,
eres una animal frutal de aire.

Eres cinematográfica como tu madre,
pero tienes ficciones como tu padre, morena salada, como tu padre.

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