jueves, 17 de octubre de 2013

Canción triste y de amor - Despedida de "Andrés Sudón vive" (8)

Canción triste y de amor by Andrés Sudón on Grooveshark

El sábado 19 de Octubre de 2013 hice un concierto de despedida del disco "Andrés Sudón vive". Y se me ha ocurrido hacer aquí un comentario de cada canción. No es fácil hablar de las canciones, uno las hace para que hablen por sí mismas. Pero con el tiempo tengo un perspectiva que me permite contar sus pormenores, tanto los de su creación como los de la trascendencia que han tenido en mi vida.

Canción triste y de amor es una de las primeras canciones que salieron adelante tras un cambio de realidad en 2006. Como comenté en anteriores entradas, me sucedió en esa época algo horrible: perdí la inspiración. Pero no el deseo de cantar y de decir cosas. Fue porque estaba cansado, tenso, viviendo un cambio de rutina brutal. En resumen, estaba desconectado de mí mismo, tratando de encauzar mi vida. Había comenzado una relación estable después de muchos años de sana promiscuidad, y me había trasladado a Salamanca para empezar de cero otra vez. Abandoné mi dinámica vida en Madrid, y me fui a vivir cómodamente a mi ciudad natal. En la violenta mudanza se perdieron cosas, "hay un verso para mí /en un móvil que olvidé /en mi casa de Madrid", entre ellas la inspiración. Quedaron a medias muchas canciones que nunca terminé. Tras un tiempo de silencio, empezaron a salir cosas muy diferentes. 

Urgando en busca de algo que decir, reconocí en mí una tristeza profunda que siempre había estado latente, "esto no comienza aquí, /ni en tercero de EGB". Además, algunos de mis allegados sufrieron por esa etapa algún suceso psicológico producto y causa de depresión. Yo no he tenido nunca depresión con constancia, voy oscilando de la euforia al desasosiego sin descanso, pero abrazo la tristeza asiduamente, sé qué es. En Canción triste y de amor comienzo describiendo el paisaje interior de esa tristeza que conozco: "Hay basura en el jardín", hay algo que va mal.

El segundo verso dice "trago trazos de Ciorán". Un querido amigo me prestó un par de libros de este filósofo cuya premisa fundamental es "la inconveniencia de la existencia". Su teorías son peligrósamente convicentes. La peor tristeza que yo conozco es el existencialismo. Resulta tan creíble. El problema es que es una posición demasiado cómoda como para sentirme liberado en ella, como si te tratara de un vicio en el que consumes verdad a cambio de perder fe. "Fumo para no existir", pero "de mayor quiero cantar". No me puedo permitir, entonces, el lujo de estar deprimido. Yo en ese momento estaba fuera de combate, "Todo el cielo sobre mí, /soy espantapájaros", sólo podía quedarme mirando ese paisaje y dibujarlo en una canción.

Para colmo, ese año murió mi abuelo el día de mi cumpleaños, y a los pocos días mi abuela, lo que me llevó a meditar sobre la muerte, cosa que me da mucha pereza aún hoy día. "Hay un ovni para mí /esperando en el andén, /me da miedo irme de aquí, /me seguiré llamando Andrés". Atravesé estos derroteros de mi mente protegido por la dósis de vitalidad que provee el amor. Estaba enamorado, me sentía inmune a todo, y me agarré a eso para lanzarme al fondo del fango. "Y si ya no puedo más, /por favor, hazme un café, /ilumina mi laberinto, /con la luz de tu espiral". 

Con respecto a la música, esta fue la primera canción que compuse usando el loop station. Este aparato me permitía hacer cosas completamente nuevas. Eso fue un aliciente, estaba aburrido de mí. Además me hizo ver la música de otra manera, me enseñó y me inspiró. Y ha sido el juguete más divertido que he tenido en mi vida, después de las propias guitarras. Me gusta mucho tocarla en directo, siento como si hiciera una escultura musical. No creo que despidamos para siempre esta canción, pero la tocaré en el concierto de despedida de este sábado. No sé si me dará tiempo a hablar de todas antes de ese día, en todo caso lo haré después, así como durante el concierto. Me alegro de que os esté gustando este ejercicio/juego que estoy haciendo, gracias por las felicitaciones. A mí me está sirviendo para llegar al concierto concentrado en ellas.

Hay basura en el jardín,
trago trazos de Ciorán,
fumo para no existir,
de mayor quiero cantar.

Hay un verso para mí 
en un móvil que olvidé
en mi casa de Madrid,
en mi alma de almacén.

Todo el cielo sobre mí,
soy espantapájaros,
todo el cielo sobre mí.

Y esto no comienza aquí,
ni en tercero de EGB.
Músculos de la raíz,
fantasmas del después.

Hay un ovni para mí
esperando en el andén,
me da miedo irme de aquí,
me seguiré llamando Andrés.

Todo el suelo sobre mí,
soy espeleólogo,
todo el suelo sobre mí.

Y si ya no puedo más,
por favor, hazme un café,
ilumina mi laberinto
con la luz de tu espiral,
háblame de tu ciudad,
desnúdate.
Y si ya no puedo más... 

Todo el cielo sobre mí,
soy espantapájaros,
todo el cielo sobre mí.

Todo el suelo sobre mí,
soy espeleólogo,
todo el suelo sobre mí.

Todo el todo sobre mí,
soy.





lunes, 14 de octubre de 2013

Ternura macarra - Despedida de "Andrés Sudón vive" (7)

Ternura macarra by Andrés Sudón on Grooveshark

El sábado 19 de Octubre de 2013 hice un concierto de despedida del disco "Andrés Sudón vive". Y se me ha ocurrido hacer aquí un comentario de cada canción. No es fácil hablar de las canciones, uno las hace para que hablen por sí mismas. Pero con el tiempo tengo un perspectiva que me permite contar sus pormenores, tanto los de su creación como los de la trascendencia que han tenido en mi vida.

A los doce años un amigo con el que tocaba la guitarra me dejó un método para aprender blues, un libro con el que estuve estudiando un tiempo. Este amigo también me enseñaba y tocaba conmigo. El blues me pareció algo magnífico, comencé a escuchar la música que me dejaba, a empaparme de ese espíritu y a aprenderme los acordes, los ritmos y las escalas. Hasta me compré una armónica y unas botas de punta. Con el blues me sucedió como con los callos con chorizo, de tanto consumirlo me empalagué. Cuando había pasado la tercera vuelta de la canción, ya estaba aburrido. Entonces descubrí el jazz. Escucharlo me mareaba, me ponía muy nervioso, el jazz era imprevisible, hasta me reía escuchándolo. Entonces, me empeñé en alejarme del blues. Lo conocía bien, y lo evitaba en mis composiciones, me daba la impresión de que estaba muy manido, en realidad no me gustaba nada. Al igual que el rocanrol. Después de haber disfrutado muchísimo escuchando sin cesar a Jimi Hendrix, Chuck Berry, y todos los vinilos que cayeron en mis manos y devoré, pasé una larga época de rechazo. Ahora no me sucede. Fue como un mecanismo para filtrar el blues que había invadido el mundo de la canción. Tampoco lo logré, porque es muy difícil no incluir en una composición elementos propios del blues, pero hacerlo fue un ejercicio con el que aprendí mucho.

En la época en la que compuse Ternura macarra, en el año 2005, yo estaba pasando una nueva crisis creativa. Llamo crisis creativa a sentir que lo que hago no me satisface, pensar que necesito dar un paso más, quizá abandonar algún hábito o manía. Algo en mí trabajo necesitaba algo más de algo. Era una sensación sin respuestas. Yo seguía componiendo sin cesar. Hay docenas de canciones que he compuesto y perdido por completo por haber nacido muertas. Componer Ternura macarra fue un hito, un antes y un después. El rocanrol me liberó de mí. Es una de las canciones que más inspirado he escrito. 

En aquella época comencé a trabajar en una sala de actividades culturales en Lavapiés. Allí había una camarera algunos días que estaba buenísima. A primera vista era perfecta, sus curvas se llevaban a todos los ojos hacia ellas, incluidos los míos, que la miraba con neandertalidad. Crucé alguna palabra con ella, su forma de hablar me resultó sensual, pero no me suelo interesar por esas simples dotes. Un día alguien me dijo que era cantautora, "como tú", me dijo con rintintín. Yo me reí y le dije que sería cantautora, pero no como yo. Me acerqué a ella para interrogarla. Efectivamente era cantautora. Yo llevaba mi guitarra y le propuse que nos cantáramos mutuamente. Canté yo primero, y me dijo que le había parecido una canción inteligente y muy buena. Yo pensé que cómo se atrevía a decirme eso. Quería escucharla y le pasé la guitarra. Tocaba normal, pero cuando empezó a cantar su voz me impactó, qué maravilla de timbre, y qué control. Luego me fui dando cuanta de que la canción era una pasada, muy bien construida, una composición muy atractiva, como ella. Seguimos cantando y hablando, en un momento dado me enseño sus poemas. Impresionantes. Le pregunté que por qué actuaba así, como si fuera alguien superficial. Me dijo que así le iba mejor.

Claro, llegué a casa con un tremendo calentón de cuerpo y alma. Me puse a escribir. Ya tenía varias frases que puse sobre una música cualquiera. De pronto me di cuenta de que lo que yo solía hacer con la música, no me servía para esta canción. Esta chica sólo podía ser retratada a base de blues, o de pasodoble, de algo clásico, simple y contundente. Hice pues mi primer blues-pasodoble, la mezcla perfecta para esta musa. La hice muy rápido, inspirado por estar escuchando en esos días el disco que acababa de salir de Sabina. Antes era inspirador un nuevo disco de Sabina. Rezo porque vuelva a serlo.

La cantautora en cuestión ha seguido trabajando duro con su carrera, ha hecho cosas que me encantan, y otras que no me encantan pero que valoro como muy bien hechas. Admiro su talento y su trabajo. Se llama Silvina Magari, y es una de las personas con las que mejor me lo he pasado hablando y debatiendo sobre música, así como cantándonos nuestras canciones. Lo que nunca hicimos fue lo que propone la canción:



En tu cara hay cien gramos de aceitunas
y dos quilos de margaritas rojas
tu podrías ponerme tiritas
a puñetazos en la boca

Seguro que eres morena
y que tus pechos acaban en la luna
y que entre tus piernas hay
un diccionario de dudas
 
Quiero hacer cárate contigo
desnudos bajo el ocaso
contigo que naces si cesar
entre Fuenlabrada y distrito federal

Quién fuera el motor de tu vespino
o el ecualizador de tu guitarra
quién fuera la sangre de tu ternura macarra


Ya ves, me he decidido
nunca había escrito un blues
pero tu belleza no va con mi estilo
y hace años que mi alma es azul

Quiero deshojarte y lavarte el pelo
y llevarte a la playa en furgoneta
quiero desatarte, penetrarte y releer tus poemas

Quien fuera el motor de tu vespino
o el ecualizador de tu guitarra
quien fuera la sangre de tu ternura macarra

  
En tu cara hay una lluvia tranquila
y una cajita de fresas

Versión en cómic del "Puto poema", por El Tío Antoño

El tío Antoño ha hecho este cómic de mi Puto poema.
Es un experimento, agradeceríamos vuestra opinión en comentarios.








De la talla de tu piel - Despedida de "Andrés Sudón vive" (6)

De la talla de tu piel by Andrés Sudón on Grooveshark
El sábado 19 de Octubre de 2013 hice un concierto de despedida del disco "Andrés Sudón vive". Y se me ha ocurrido hacer aquí un comentario de cada canción. No es fácil hablar de las canciones, uno las hace para que hablen por sí mismas. Pero con el tiempo tengo un perspectiva que me permite contar sus pormenores, tanto los de su creación como los de la trascendencia que han tenido en mi vida.

En el disco hay dos canciones que no son exactamente de mi autoría. Hay una versión y un poema musicado. De la talla de tu piel la hice con un soneto del poeta Raúl Vacas. Nunca he deseado dedicarme a musicar poemas, las veces que lo he hecho, ha sido una casualidad. Esta fue la segunda vez que me sucedió, y fue un caso muy parecido al de la anterior. En las dos ocasiones, la primera vez que leí los poemas, lo hice con la guitarra en las manos, cantándolos directamente

No recuerdo el año, creo que fue en 2004 cuando, en medio de una de tantas noches de esas en las que voy a la deriva escribiendo, leyendo, tocando bajito, mirando lo que hay detrás de mí en el espejo, fumando, etcétera, encontré al amanecer el anuncio de un evento en Libertad Ocho. Era un recital de poesía de Raúl Vacas, al que conocía de oídas por ser de Salamanca. Decían maravillas de él, tanto de su poesía como de su persona. En la página web de Libertad había una sección dedicada a promocionar los eventos. En ella ponían poemas de los poetas que iban a recitar. Con gran curiosidad comencé a leer el soneto titulado Porque mis dedos son de la talla de tu piel mientras estaba tocando una música que acababa de componer. Debían ser las siete de la mañana, de modo que la tuve que cantar muy bajito. Me encantó el resultado, y el texto me parecía delicioso. La arregle un poco y me fui a dormir con ella dando vueltas en mi cabeza, aprendiéndomela de memoria.

Por la mañana, es decir, a las cinco de la tarde, me levanté y lo primero que hice fue cantarla. Tenía una canción nueva, y se lo debía a Raúl. Me preparé corriendo y me fui a Libertad, porque el evento era ese mismo día por la tarde, y quería conocerle y contarle lo que había pasado. Llegué un poco tarde, pero pude ver parte del recital. Con mis ojeras de compositor, me acerqué a Raúl cuando terminó y me presenté. Descubrí que él era muy tímido, se puso colorado cuando le entré. Eso, o que yo tenía un aspecto monstruoso y le daba miedo hablar conmigo. Luego entendí que era una mezcla de las dos. Él también me conocía de oídas. Insistí, como un tarado en ir con él a tomar un vino. Todavía no le había contado lo de la canción, me daba un poco de vergüenza. Me quedé pegado a él y a sus acompañantes, que me miraban como diciendo, "qué hace este fumao aquí". Ya en otro bar, tomando ese vino, hablamos más tranquilamente, le conté lo bien que me habían hablado de él ciertos amigos en común, y lo que me había gustado lo poco que había leído. Por fin me decidí a contárselo. Se puso de nuevo colorado. No sabía si le molaba o no la idea, me pareció muy amable que dijera "nunca antes me han musicado".

Todo ese corte fue porque uno nunca sabe si va a acertar. A mí me parece la música perfecta para el poema, es sensual, elegante, liviana... Pero estaba en el aire la opción de que él tuviera una idea muy diferente del espíritu de la poema, y eso me preocupaba. Y pensé que a lo mejor a él también le preocupaba qué había hecho con su poema este personaje con el que estaba hablando. Además le conté que le había hecho algún cambio a la estructura: los dos primeros cuartetos fueron las estrofas, los dos tercetos el puente, y el título se había convertido en el estribillo. No se la pude cantar, no llevaba mi guitarra, pasó mucho tiempo hasta que la escuchó. A día de hoy somos amigos y hemos trabajado juntos en varias ocasiones. No he vuelto a poner música a ninguno de sus otros poemas, porque sigo manteniendo la dinámica de hacer canciones cuando surgen, como surgió esta. He musicado otros poemas de esta forma, solamente en dos ocasiones lo hice concienzudamente, con Jaime Sabines, y el resultado me gustó tanto como cuando hice las que surgieron espontáneamente. Puede que un día, leyendo a Raúl, me vuelva a suceder, porque es un poeta muy musical, y bastante roquero.


PORQUE MIS DEDOS SON DE LA TALLA DE TU PIEL  

Porque mis dedos son como alfileres
y tus caderas son de alta costura
voy a inventarme alguna arquitectura
para albergar tu frío y tus quereres.

Porque mis labios son como tú quieres
y tu pasión es álgebra madura,
no habrá rincón, ni piel, ni comisura
donde el amor no lleve sus placeres.

Porque tus ojos son como una mecha
y tu palabra es novia de mi almohada
voy a dictarte un nombre y una fecha

para quererte líquida y mojada.
Porque tu cuerpo es tierra y es cosecha
voy a invadir tu inútil madrugada.


Raúl Vacas

jueves, 10 de octubre de 2013

Animal frutal - Despedida de "Andrés Sudón vive" (5)

Animal frutal by Andrés Sudón on Grooveshark
El sábado 19 de Octubre de 2013 hice un concierto de despedida del disco "Andrés Sudón vive". Y se me ha ocurrido hacer aquí un comentario de cada canción. No es fácil hablar de las canciones, uno las hace para que hablen por sí mismas. Pero con el tiempo tengo un perspectiva que me permite contar sus pormenores, tanto los de su creación como los de la trascendencia que han tenido en mi vida.

<<Eres alta y delgada como tu madre, morená saladá,como tu madre,
pero tienes bigote como tu padre, morena salada, como tu padre>>
(Canción popular)

Pasaron dos años desde que conocí a la musa de Agua de limón. Un día de diciembre recibí una llamada. Era ella desde el aeropuerto: "Andrés, estoy en Madrid, ¿puedo quedarme dos meses en tu casa?". En su anterior visita era una bonita jipi intelectual, esta vez era una bella y glamurosa mujer fatal. Toda mi realidad se vio afectada por su repentina llegada. Me dijo que veía a pasear y a escribir un guión de cine. Cada noche se sentaba en mi escritorio y escribía a mano varias páginas de un guión, que luego dejaba sobre mi mesa. Después salía por la mañana a hacer quién sabe qué... Yo estaba sumido en el asombro. Cada día traía un montón de ropa carísima, y su discurso era de lo más extraño, así como su forma de actuar. Sí, "actuar" es la palabra adecuada, "mientes al bailar". Lleno de curiosidad me decidí a leer el guión que estaba escribiendo. Mi desconcierto fue inmenso al descubrir que lo que hacía era escribir por las noches lo que iba a suceder al día siguiente. Estaba viviendo una performance. 

Tras el desconcierto vino la admiración y el aumento de mi curiosidad. No le dije nada, solamente leí el guión cada mañana para saber qué iba a hacer. Supe que, a pesar de vivir en mi casa, ella estaba en Madrid para visitar a un escritor con el que tenía un romance, un amigo al que quiero y admiro. Me pareció tan sublime estar viviendo tal situación, que me limité a disfrutarla. Fueron dos meses enteros, en medio la navidad, es decir, vino a casa de mis padres, conoció a toda mi familia en una comida con todos mis primos, tíos y abuelos, viajó conmigo para hacer conciertos, todos pensaron "por fin Andresete tiene novia". Lo que no sabían es que mi vida en ese momento era una película en la que yo era un actor secundario. Yo gocé de ella al máximo, claro, era como estar en un sueño, la realidad había tomado una dimensión emocionante. También me acompañaba a la facultad, mis compañeros la veían y pensaban "qué hace el Sudón con esta persona tan rara". Había pasado del nocturno al diurno, y mis compañeros eran nuevos. A mí me cuesta hacer amigos, por timidez y desconfianza, de modo que pasó tiempo desde principio de curso hasta que logré congeniar con alguien: "nadie me toca los codos en la facultad". Cuando por fin lo logré apareció ella, con su "ego tan sutil", haciéndome desatender mis nuevas amistades.

En esa época el triángulo era un icono importante para mí, significaba la perfección imposible; según Platón, el único triángulo perfecto sólo está en el mundo de las ideas, pues es imposible encontrar la perfección en el mundo material. Yo había construido en mi cabeza un triángulo perfecto, que simbolizaba mi forma de ver las cosas, pero esta pintoresca situación desidelaizaba "mi triangularidad". Estaba empezando a deprimirme un poco, pues antes de que su llegada, yo creía que era una persona importante para ella. Ahora me sentía utilizado y confuso, "saca mis manos del frío blanco del cristal, no llevo nada en la mochila que te pueda interesar". Por mucho que fuera un aventura artística, yo tengo mi corazoncito. No lo soporté y, un día que viajábamos en tren, le pedí explicaciones: "baila la verdad", "deja de fingir". Le conté que lo sabía todo, y le pedí que las cosas fueran de otra manera en las dos semanas que le quedaban. Le dije que no sentía ningún rencor por lo que estaba haciendo, que lo único que quería era que dejara de experimentar un momento, y que se lo pasara bien conmigo, teniéndome en cuenta, que yo también quería experimentar, no ser el conejillo de indias. En su guión, yo tendría que haberme enfadado echándola de mi casa. Pero yo paso de seguir guiones. Esas dos semanas fueron maravillosas. Al verme receptivo, confesó todas las cosas divertidas que había hecho a mis espaldas, me contó la verdad sobre su padre (me había contado una historia falsa sobre su procedencia, una bobada). "Eres cinematográfica como tu madre, morena salada / pero tienes ficciones como tu padre, morena salada".

Ella es una de las personas más bonitas e interesantes que he conocido en mi vida, le suceden cosas tan surrealistas como ser perseguida por una mariposa durante todo un trayecto. Cuando se fue, me dejó una nota escondida dentro del armario (dejó notas dentro de cedés, de libros, en los cajones, que fui encontrando los días posteriores a su regreso a México) que decía: <<Tienes que ver "Soñadores", ya la has visto>>. Fui al cine a verla, y me di cuenta de que ella había forzado situaciones para que fueran similares a las de la película. Para mí todo esto fue un regalo, nunca lo olvidaré. La naturaleza de esta persona es impredecible, inclasificable, imposible de aprehender, ella es "un animal frutal de aire". Celebro todo lo sucedido, por eso, cuando se fue, volví a calmar la nostalgia haciéndole una canción tan surrealista como ella. 

Añoro una incomodidad que me gustaba,
algo de sexo y un texto de Proust que no esperaba.
Aún no he dibujado en mi cama la soledad,
y entra la calle rubia por la ventana.

Un poema reparado con retales de párpados,
una canción en alemán que diga todo,
como un espermatozoide mío pensando en tus pasillos.
Debería compararlo todo con el cuerpo de tu fuego.

Te persigue una mariposa,
dime qué animal del aire eres.

Dime qué animal del aire eres,
dime si es ritual tu liviandad.

Mientes al bailar,
desidealizas mi triangularidad,
baila la verdad,
eres una animal frutal de aire.

Nadie me toca los codos en la facultad,
alguien que pasa preciosa me abraza y me tengo que abrasar.
Nunca había hablado apoyado en el ventanal,
siempre estoy callado.

Saca mis manos del frío blanco del cristal,
no llevo nada en la mochila que te pueda interesar,
nunca he rodeado un ego tan sutil,
deja el desayuno, deja de fingir.

Te transporta una locomotora,
dime qué animal del aire eres.

Dime qué animal del aire eres,
dime si es ritual tu liviandad.

Mientes al bailar,
desidealizas mi triangularidad,
baila la verdad,
eres una animal frutal de aire.

Eres cinematográfica como tu madre,
pero tienes ficciones como tu padre, morena salada, como tu padre.

martes, 8 de octubre de 2013

Agua de limón - Despedida "Andrés Sudón vive (3)

El sábado 19 de Octubre de 2013 hice un concierto de despedida del disco "Andrés Sudón vive". Y se me ha ocurrido hacer aquí un comentario de cada canción. No es fácil hablar de las canciones, uno las hace para que hablen por sí mismas. Pero con el tiempo tengo un perspectiva que me permite contar sus pormenores, tanto los de su creación como los de la trascendencia que han tenido en mi vida.

Agua de limón es una de mis favoritas del disco y de mi repertorio, siempre la canto en mis conciertos. En ella está implícito mi compromiso con el surrelismo y con la sensualidad, también mi disconformidad con el sistema. Es una fotografía de un momento concreto de mi vida, una de esas que miro para recordar quién fui, quién soy. Ese momento fue en 2002, cuando llevaba menos de un año en Madrid. Acababa de conseguir mi primer trabajo como cocinero, un curro muy duro que me quitaba tiempo y energía para vivir la vida que yo deseaba. Es decir, no podía dar mis largos paseos, leer y escribir en un bar, conocer el mayor número de hembras posible, pasar una noche entera escribiendo una frase... Unas semanas antes de conseguir el trabajo, había conocido a una preciosa y jovencísima mexicana en Libertad Ocho, en un concierto mío. Además su evidente belleza, me sedujo de ella su misterioso ser. Hablé con ella después del concierto, tenía unas ojeras preciosas. Me dijo que tenía muchísimas dioptrías, que apenas veía sin gafas y que no las llevaba con ella. Me propuso el experimento de ir hasta mi casa con los ojos vendados con ella de lazarillo. Con tal de llevármela a casa, acepté el reto. Por el camino le pregunté que si le había gustado el concierto, me respondió "sí, mucho, ¿es amigo tuyo el cantautor?". Es cierto que no veía nada, porque yo era el cantautor. Pasó casi dos meses sin separarse de mí, incluso cuando conseguí el trabajo de cocinero, venía conmigo y se quedaba cerca. Cuando regresó a México, sólo me quedó el trabajo y una profunda nostalgia. La música del estribillo de Agua de limón surgió mientras pasaba con ella las horas muertas, podría decir que salió de sus ojos, los cuales parecían mariposas negras. La canción nació en su ausencia, cuando yo tocaba esa música para sentirla cerca. 

Pasábamos las noches sin dormir, hablando, follando, haciendo vídeos a lo Andy Warhol, bebiendo vino y fumando porros. Después me levantaba por la mañana para ir al restaurante, donde me ponía ciego a cocacolas para estar en pie. A mediodía me encontraba con ella para seguir con la vida real, la surrealista. Saber que se iba a ir, hacía nuestro amor más intenso; no podía perder ni un segundo con ella, me daba igual tener concierto al día siguiente y no haber dormido.

La noche es carne, la tarde es ropa,
las mañanas cocacola, mediodía mariposas.

Concierto el martes, la voz tan rota.
Cuento el tiempo con los dedos que me sobran de coger tu pelo.

No me importaba, tenía fuerzas y juventud suficiente para soportar el cansancio físico. Lo único que me molestaba era pensar que no estaba disfrutando al máximo esta aventura por culpa del trabajo para mi sustento. Entendí por qué mis mayores habían renunciado a a la aventura de la vida: el trabajo te deja anulado para las cosas importantes. A mi madre le dedico los últimos versos de la segunda estrofa.

Agosto en bano voy al trabajo,
gano pelas para el piso, tengo piso para esto:

Talar naranjas, chupar tu pecho.
Lavo ropa, tiendo ropa, plancho ropa y no tengo cuerpo.

Cuando se marchó me quedé solo ante el espejo de mi cuarto, viendo pasar el tiempo muy despacio, yendo al supermercado sin ganas de cocinar, harto del trabajo. Se fue y sólo quedó en mi vida la parte más dura. Me consolaba escribiendo de nuevo en mi diario; es paradógico que sólamente escriba en mi diario cuando no vivo, cuando recuerdo o anhelo la vida que no tengo. En él agradecí a esta preciosa persona que hiciera de ese verano un recuerdo inolvidable, apenas me había molestado en recordar que odio esa estación.

Me veo solo haciendo la compra.
Si me veo en el espejo no sé si pasa el doble de tiempo.

Te escribo en prosa pienso en tus botas.
Con las flores de tus labios el verano no me duele tanto.

Tenía estas estrofas desordenadas en mi cuaderno de componer, era una canción que estaba haciendo para ella y para , pero estaba quedando muy sórdida, estaba olvidando toda la belleza que había entre nosotros. Entonces recordé la música que siempre tocaba cuando estaba en su presencia. Era raro hacer un estribillo tan dulce para una canción tan oscura, pero era exactamente lo que estaba viviendo. Lo importante de toda esta historia, la fuente de todo esto, era la ternura que había entre nosotros:

Hay un huerto con almendros y naranjos
para dormirme la siesta
en la orilla de tus tetas
con vistas a tu mar de intimidad.

Me deslizo sonriendo por tu espalda,
quiero comerte la cara,
de tus manos mana agua de limón.

Volvió a visitarme dos años después, vivimos nuevas experiencias, que contaré cuando hable de Animal frutal. También la vi cuando viajé por primera vez a México para conocer a la familia de mi mujer. Esta persona sigue aún en mi vida, aunque apenas hablemos. Hace unos meses me mandó un correo en el que decía: "a veces escucho Agua de limón para sentirme amada delicadamente". Esta es una canción que va a seguir acompañándome mucho tiempo, esta no la despedimos, pero la tocaremos el día del concierto de despedida de "Andrés Sudón vive" tal y como está en el disco, con el bellísimo violonchelo de Óscar, con las mariposas de esta historia aún revoloteándome alrededror.